Risoterapia

Un taller de dinámica de la risa es un espacio distendido, participativo, comunicativo y muy divertido. Es un ejercicio donde, a través del movimiento corporal, la expresión oral, los juegos, la relajación y la música, nos sentimos con atención a nosotros mismos y nos interrelacionamos rápida y profundamente con los demás miembros del grupo. Nos liberamos de tensiones físicas, emocionales y mentales, como el sentido del ridículo, la vergüenza y la baja autoestima.

Todos hemos constatado que después de unas buenas carcajadas, nos sentimos más animados y reconfortados. Aún así nuestra sociedad es, básicamente, seria. En nuestra vida diaria se impone la seriedad debido a condicionamientos sociales, al exceso de competitividad, al estrés, las prisas, las obligaciones, la rutina y las preocupaciones, y también por las noticias que nos llegan constantemente a través de los distintos medios de comunicación.

A través de los distintos juegos y actividades, surgen la risa, la sonrisa y la alegría que nos ayudan a conectar con nuestra parte más espontánea, genuina y divertida, la que todos tenemos y hemos traído al nacer pero que no siempre nos han dejado o hemos dejado desarrollar.

En este punto es importante hacer hincapié en los distintos tipos de risa que podemos manifestar. Sin duda, sabemos reír y lo hemos disfrutado en distintos momentos y circunstancias. Pero la risa que buscamos fortalecer en estos talleres dinámicos es la de «reírnos con» y no «reírnos de». Es decir, huir de la risa irónica, satírica o burlesca a la que estamos más acostumbrados.

Buscamos risas, sonrisas y sentido del humor que nos conecten con nuestra alegría, disfrute interno y goce de vivir, dejándonos contagiar y contagiando a las demás personas que comparten el taller, sin reproches, sin juicios y sin la necesidad de consumir algún tipo de sustancia. Un taller de risoterapia que nos permite superar nuestras vergüenzas, aceptando y respetando nuestro maravilloso ser tal cual es, tal cual soy. Al mismo tiempo, aceptar a los demás, sin sentirnos ni más ni menos que ell@s, aunque sí distintos, como individuos que somos, y sabiendo de nuestra complejidad y, en ocasiones, espíritu contradictorio… ¡Qué enriquecedor y nutritivo! ¡Cuánto aprendizaje!

Además, el juego nos permite expresar y explorar sensaciones internas que surgen de un modo natural. El juego es el mejor aliado para fomentar y estimular la curiosidad y el asombro, cualidades imprescindibles para sentir interés, desear conocer y querer aprender… ¡A todas las edades!

La risa provoca un «masajeo» a nuestros órganos internos, favorece los procesos de digestión y eliminación, fortalece nuestro sistema inmunológico, incrementa nuestra capacidad respiratoria y relaja el sistema nervioso, disminuyendo la rigidez corporal y la sensación de dolor.

La risa es también una forma de meditación, ya que mientras reímos es imposible pensar. El flujo constante de pensamientos que atraviesa nuestra mente se detiene.